Llega el malestar abdominal, la hinchazón, los cambios constantes en tu digestión… y también la incertidumbre sobre qué está pasando con tu cuerpo. Muchas personas sufren síntomas digestivos que afectan su día a día, pero no siempre reciben un diagnóstico claro.
¿Te ha pasado? Vamos a hablar del Síndrome del Intestino Irritable (SII), qué es, cómo se diagnostica y cómo la nutrición personalizada puede ayudarte a mejorar.
¿Qué es realmente el Síndrome del Intestino Irritable?
El Síndrome del Intestino Irritable es un trastorno funcional del intestino grueso que provoca molestias digestivas frecuentes sin que se observen daños visibles en pruebas médicas. No es algo imaginario ni leve: afecta la calidad de vida, el estado emocional y la relación con la comida.
Este trastorno se caracteriza por síntomas como:
- Dolor o malestar abdominal que mejora tras ir al baño
- Cambios en el ritmo intestinal: diarrea, estreñimiento o alternancia de ambos
- Hinchazón y gases
- Sensación de evacuación incompleta
Los síntomas pueden agravarse con el estrés, ciertos alimentos o cambios hormonales.
El diagnóstico: un camino de pruebas y descarte
Diagnosticarlo no es sencillo. Se basa en descartar otras enfermedades y en criterios clínicos específicos (criterios Roma IV), que incluyen dolor abdominal recurrente acompañado de cambios en la frecuencia o forma de las deposiciones.
Esto puede resultar frustrante porque, aunque las pruebas no muestran daño, los síntomas son reales y persistentes. Por eso, el acompañamiento nutricional y emocional es fundamental.
Nutrición personalizada: la clave para mejorar tu bienestar
No hay una dieta universal para el SII, pero existen estrategias que alivian sus síntomas:
🔹 Dieta baja en FODMAPs: elimina temporalmente ciertos carbohidratos que fermentan y causan gases e inflamación, para luego reintroducirlos según tu tolerancia.
🔹 Registro de alimentos y síntomas: ayuda a identificar qué alimentos te afectan y personalizar tu alimentación.
🔹 Cambios en el estilo de vida: controlar el estrés, mantener horarios regulares de comida, hidratarse bien y hacer ejercicio moderado contribuyen a reducir molestias.
Este enfoque debe hacerse con un profesional que te guíe para evitar restricciones innecesarias y mejorar tu relación con la comida.
Tu bienestar digestivo merece atención integral
El SII es complejo y único para cada persona. No te resignes a convivir con malestar o frustración. La nutrición clínica personalizada puede marcar una gran diferencia en tu salud y calidad de vida.
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